viernes, 29 de noviembre de 2013

La conciencia del último guerrero

El último soldado,
consciente de regar eriales
con otras sangres,
deja el llanto en el cuchillo de carne
y se apila, como otro cadáver,
a pensar en lo que ha hecho.

La primera lágrima
del guerrero arrepentido
se desliza por su espada
llamándole asesino.

Y esa gota de agua
con su sabor salado a destino
viene a traer la derrota
elevando soledad a infinito.

Y es como un rayo de luz,
como un primer paso adecuado
para entender antes del ataúd
que guerrear es muy pobre legado.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Errores puntuales

Errores puntuales -repito
como repitiendo un mantra-
porque sé que hay lugares perdidos
en el garabato de este mapa
que soy yo.

Sé que no cabe el desmotivo.
Si amo, trabajo y escribo,
no habré perdido la inversión
de unas pocas mujeres,
un par de trabajos,
algún que otro ex-amigo,
y esos poemas tan malos.

Sé que no hay suficiente razón
para no pasar la vida
entre causas perdidas
buscando una flor.

Que para abandonarse a las heridas
(dando al verdugo el control)
y tirarse a la calle de la bebida
es preferible tirarse a la vida
y procurar siempre hacerlo mejor.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

La fuga del unicornio

Recordaré esta historia
pase el tiempo que pase
porque tuve un unicornio
aunque después se me escapase.

Lloré su pérdida,
por irreemplazable,
sin darme apenas cuenta
de que tuve lo que nadie.

Y cuando fui consciente de ello,
(cuando fue pasando el tiempo)
descubrí un sentimiento bueno
escondido en el recuerdo
de aquella  fuga:

La fortuna
de haber tocado su grupa.
El privilegio
de haber peinado su crin.

martes, 26 de noviembre de 2013

Adioses que no valen nada

El adiós que nos separa
es tan solo una palabra
que habita en el frío de una sombra
proyectada, estrecha y alargada,
desde el mármol hasta el suelo.

(Mármol que nada custodia)

El adiós que nos separa
son las sílabas de un verso
en una estrofa continuada
hasta las puertas del averno.

Una despedida confinada
y prolongada en nuestros cuerpos.
Adioses que no valen nada
como dichos a un espejo.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Maldecir en bendición

Sacar del piano de la vida
las mejores melodías.

Trepar por un saxofón.

Ser canción, paradoja, ironía,
maldiciendo en bendición
(de música y poesía)
a quienes se duelen
todos los días
del mismo dolor.

A quienes quieren
tornar las vistas a un solo color.
A los que escuchen canciones tristes
cuando suenen canciones de amor
y no entresaquen de cada error
un atisbo de sabiduría.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Cirujana soledad

La soledad es
una mujer oscura
de mirada tierna,
sentada en una mecedora,
en una habitación desierta.

Es la sala en sí misma,
es la plenitud de la ausencia
y la sensación de la propia presencia
como algo novedoso, enrarecido.

La soledad es el silencio
para escuchar el concierto
que se está dando en tu cabeza.

También es
la ocasión perfecta
para extirpar el ruido.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Compañeros

Ya hay quien os echa en falta,
pero estáis en las calles, en los bares, en las plazas;
estáis en el aire, en el fuego y en el agua.

Estáis en la luz, combatiendo la sombra;
pero ante todo estáis,
qué es realmente lo que importa.

Dijeron: Seréis vapor, no dejaréis nada.
(y algunos lo creyeron y perdieron la batalla).
Lo dijeron quienes no querían que la lluvia mojara.
Los ilusos.

Pero veo que desoís, que seguís aquí:
en los bares, en las calles, en las plazas,
calientes como el fuego, fluyendo como el agua.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Pese a los aterrizajes forzosos

Escapar en vuelo de gaviotas
aún tocando los pies en el suelo;
es un don, un placer, un deseo,
sin spot ni burbujas de moda;
un regalo sin árbol con bolas
que solo a ti puedes pedir.

No importa el día o la estación
ni si es principio o final de año.

No importa si empiezas a vivir
o ya tienes el motor del color del desengaño.
No importan tu peso o tu tamaño
si consigues volar
en el mundo real.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Tiempo perdido

Perdí mil veces
pero ni me encuentro perdido,
ni me siento perdedor.

He almacenado los recuerdos
de cada sendero, de cada batalla
para que no haya herida en balde
ni traspiés que no enseñe nada.

Fui, es cierto,
(y a veces sigo siendo)
la cabeza de un misto
sometido a fricción.

Pero no sólo he ido perdiendo.
También he ido aprendiendo
a encontrar el tiempo
que ya no estaba:

el que perdí en unos ojos
lo encontré en otra mirada;
el que perdí durmiendo,
en el humor cada mañana;
y el que se fue llorando
lo encontré aliviando
a los que lloraban.

Me perdí mil veces
porque no me enteraba
que los momentos perdidos
son los puntos
que, unidos, desentrañan
el camino que todos tenemos
escondido bajo el pelo;
no tan perdido en la maraña.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Configuración por defecto

Algo sé de tendencias depresivas,
de analizar el ambiente,
de ser un masoquista exigente
al tiempo que innato vividor.

Tengo, como todos, carencias
y vivo en continua lucha interna
entre lo que soy porque lo pienso
y en lo que me convierte lo que decido.

Por suerte, entre otras neuras,
nado a la contra los ríos
y ahora, mojado en el mío,
levanto la frente y sonrío;
viajando henchido contra el viento,
sabiendo que saberse un descentrado
posibilita encontrar el centro,
y que el conflicto forma parte de mi estado;
de la configuración que traigo por defecto.

martes, 19 de noviembre de 2013

Saben los grandes nombres

Sabe la libertad que cuando la amo
desde el pensamiento,
le pongo otro rostro.

Sabe la verdad que la busco
que, aún desesperado, la espero
por pasear en Buraq y sobrevolar la ciudad
dejando la humildad en el suelo.

Sabe el saber que le navego,
de mi gusto por el mar
y mis maremotos puerta adentro.

Sabe la esperanza que la albergo;
el sentido, que le busco y no lo encuentro;
el amor, que me remueve los infiernos
y el dolor que, cada poco, toca vernos.

Me gusta pensar
que  saben los grandes nombres
como les vivimos hasta pequeños hombres
como yo.




lunes, 18 de noviembre de 2013

Luna lampedusiana

Nada dura para siempre
ni se gasta del todo
ya que todo cuanto es, deviene,
a otra forma, de otro modo.

Las caras que aún no vemos
mañana tendremos que encarnar,
y, nos gusten más o nos gusten menos,
esas caras, también pasarán.

Tal vez todo cambie tan lento
que parezca que todo está igual
y cualquier alteración de los astros
nos parezca una cosa normal.

Luna lampedusiana
en lo que me queda de percibir el tiempo
mantén en ti ese principio.




Gracias a Francisco García García por prestarme su proyecto con las fotografías de la NASA, hace ya algún tiempo, para inspirar este poema. 
De nuevo, gracias.


Paradoja

Añoramos los vergeles
como si no fueran reales
los prados y los valles
que rodean las carreteras.

A veces nos rendimos
en mitad de los partidos
y anticipamos la derrotas
al tiempo de jugar.

Y aún así
cuando la luna nos mira de reojo
y el reloj se olvida de nosotros
encontramos el cielo y el tiempo
que nos faltaba por vivir.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Agradezco haberte amado

Agradezco
haberte amado
sin hallar correspondencia;
haberme visto involucrado
en esos bucles con que piensas, e hilvanas
destinos ajenos.

Agradezco
vivir para contarlo,
administrar la descendencia
de haber querido en solitario: los poemas
que eran regalos y no penitencias.

Agradezco a todo lo malo
el aventar la resiliencia
hasta convertir una honda pena
en otra hermosa canción.

Agradezco al dolor que duela
por delatar su procedencia
y por darme a mí las riendas
para decirle “adiós”.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Música

Andar en jazz.
Correr en rap.
Amar en tango.

Vivir en vals,
pensar en blues,
escribir en rock urbano.

Ser capaz de interiorizar
el idioma universal,
sin poder balbucearlo,
es un modelo perfecto
para quién se dedica a buscar
la belleza entre lo incierto.

Ser capaz de descifrar
lo que ocurre en tu cerebro
cuando escuchas un alegro
no debe hacerlo menos bello
sino, aún si cabe, más;
como cuando un músico admira
las manos de un colega al tocar.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Querer algo que no se puede comprar

Hoy fallé al capitalismo
al despertar queriendo lo mismo
que ayer quise querer.

Algo que no se puede comprar
que se engendra y se comparte;
que se consume y, mientras arde,
se lleva la vida consigo
a dotarla de sentido
en lo que dure su rapto.

Hoy fallé al capitalismo
y siento orgullo infinito
al confirmarme padre
de esa rutinaria decepción.

Un nudito y pa'lante

Cuando el aire huela a nostalgia
y las lágrimas se aglutinen en mares...

Cuando abunden los adioses
con rastros de amor
a lejanos lugares...

Cuando parezca que el tiempo no pasa
y sientas que ese peso que pisa
a la altura del cuello de la camisa
está cortándote el aire...

Y cuando al final, por fin,
tu pecho estalle,
corta la sangre,
haz un nudito
y sigue adelante.

Cuando al final, por fin,
el peso te aplaste
espero que encuentres reconfortante
pensar que sigues aquí,
que esto ya pasó.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Tatuarse

Se puede escuchar el zumbido
mucho antes de sentir la aguja.

En ese lapso de tiempo
dependes de tu cerebro
para diseñar qué se dibuja en tu piel
con ese dolor cargado de sentido.

Levantarse es tatuarse en la mirada,
una oportunidad de recomponer
la cicatriz en esperanza
con aguja de luz
que en cielo de tormenta,
atraviesa en forma de espada
en la mañana, las nubes negras.


Que reviente el cincel

Que reviente el cincel de la experiencia
y su litografía de avisos y prohibiciones;
que desaparezcan de la memoria
sus golpes de miedos con reminiscencias.

Que reviente el cincel
por esculpir soledad en mi frente,
por matar las mariposas de mi vientre,
por enseñar todo a golpes.

Que reviente, que reviente de una vez,
y se lleve cuanto en piedra creyó infinito,
que se digne a dejar un lápiz y este papel
para reescribir este ayer tan mal escrito.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Ícaro (versión prudente)

Volar sin estar volado, qué gran aspiración,
que los pies, tocando tierra, sean alas también
irrefutables, crecientes, eternas.

Soñar despierto, regalarse a la condición
de ver lo que exhala belleza, y otros desechan,
tangible, misterioso, infinito.

Qué gran reto, qué desafío,
qué placer tan rutinario
disfrutar de lo que puedes sentir
y con curiosidad infantil, acudir y explorarlo.

martes, 12 de noviembre de 2013

El poeta tuercebotas al que una cosa le salva de otra

El poeta es un valiente,
o un inconsciente,
más cercano al tuercebotas
que al audaz conquistador.

Él mastica una derrota
caminando a otra peor.

Cansado, que no derrotado,
ha perdido pero sigue jugando
viendo en su vida una maratón.

El poeta guarda el corazón
en su caja fuerte
de pared transparente
para disuadir al ladrón
y aún querer a la gente
desde el burladero
de su café con leche.

El poeta se siente mar si atardece,
atestado de peces,
esperando sirena varada.

El poeta crece
y llora mientras aprende
lo bello y lo absurdo
de su espera disparatada
por una realidad inexistente,
vómito de su mente enajenada.

El poeta ahora se comprende,
aunque no es muy inteligente,
en los ratos en los que gustaba
de "creer" en un mito asirio
que venía y le nadaba.

Al poeta le va bien;
últimamente sonríe y se levanta
con una capa nueva en la piel,
buscando otra lección que aprender,
con su brillo aquel en la mirada.

Alegorías recurrentes

Me doblaré como un junco
aunque sea una piedra.
Haré de la erosión
mil billetes en primera
a dónde quiera llevarme el viento.

Me doblaré como un junco,
justo hasta el punto
en el que se quiebra;
y en ese instante
transformado en aire
volveré a la tierra
dónde los demás me ganen
porque tú me pierdas.

lunes, 11 de noviembre de 2013

De la desgana

Hoy que no tengo ganas
ni de versos ni de besos;
que me molesta la luz de la mañana;
que estoy solo y me falta cama
para esparcir recuerdos.

Hoy que la soledad es un arma
recién afilada.

Hoy que me encuentro cansado
de hablar tanto,
y de no decir nada.

Hoy, precisamente hoy,
agotado pero despierto,
me encuentro predispuesto 
a sacar fortaleza de estos versos
que he usurpado a la desgana.

Hoy que soy mi propio abrigo
y que también soy el frío;
que soy el mejor
y el peor de mis amigos, sonrío
al darme cuenta
de lo jodido que resulta
acabar conmigo.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Viejos fantasmas (Parte de guerra)

Batallas con viejos fantasmas
a tientas en los caminos del espejo;
encarnados en nuevos cuerpos,
nuevos labios, nuevos senos;
todos ellos de una belleza tan vasta,
todos con ese olor tan familiar
a dar pasos atrás, a desesperanza,
a una mezcolanza de huir,
morir y matar.

Casi puedo escucharlos:
invitándome a jugar;
tentándome a salir de la armadura,
a ir dejándome llevar
por el caudal
de la amargura.

Aún resisto en soledad,
con resiliencia y con paciencia;
endureciéndome la piel
para luego, en tiras muertas,
escribir como en papel,
con amor, partes de guerra.

Enamorarse como principio


Enamorarse como principio,
de lo que uno hace, de lo que uno es.
Enamorarse y trascender la carne
más allá del sexo, el dolor y el placer.

Enamorarse como principio,
como fin, como filosofía,
como manera de asociarse,
como forma de rebeldía.

Enamorarse de esta vida
y morir enamorado
hasta del aire que se respira.

Enamorarse, simplemente,
para no ser un soldado.